Thursday, October 28, 2010

Por suerte o por desgracia

 Ya prometí otras veces que iba a ser la última, que las despedidas nunca duran tres años, y que tal vez no fueras tú la que yo tenía en mente.
Pero el hecho es que seguiste poblando mis sueños, nublando mis días como un recuerdo, doliéndome en lo más profundo del alma con cada segundo en el que pensaba en tí.
Me ahogué en lágrimas pensando que otros pudiesen perderse en cada uno de tus besos, que en un fugaz momento fueron sólo míos. Esos besos con sabor a cáncer y a muerte, con la ceniza y el humo de todos nuestros cigarros a medias aún en el paladar. Pensé en el suicidio, y me salvó la idea de que aún había gente que me quería aquí, que era demasiado egoísta abandonar así.
Nos vimos en cuatro ocasiones en total, pero me creí la persona más feliz del mundo en ellas.
Me enamoré de tí en apenas dos días, y necesité casi dos años para esto.

Por suerte creí olvidarte, por desgracia no fue cierto.


Creo que ya te lo dije, pero aún así:
Esta es la despedida, hoy te olvidaré para siempre.

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