Wednesday, October 13, 2010

Decepción desde lo más profundo de la inspiración

 Otra vez.
Cada una de las letras que me salen de alma me parecen más desacertadas tras ser corregidas que al ser escritas, pero al ser escritas no son más que burdas agrupaciones de sentimientos...
Llevo media vida escribiendo, media vida dejándome el pellejo en todos los papeles que tienen la desgracia de caer en mi mesa.
Cada día paso varias horas delante de mi escritorio, a la espera de que la mente me dé un vuelco, que me dé una ilusión y trate de demostrar que no es humana, que no aceptará un error como conclusión.
Por suerte o por desgracia, nunca llega el momento de decidir que definitivamente me gusta lo que escribo, que vale de algo hacer algo de lo que hago.
Como la ceniza de un cigarrillo que se tira al suelo y se desperdiga, para dejar un rastro difuminado entre las piedras del asfalto, mis dedos recorren distraidamente cada día el teclado del ordenador, no parecen hacer más que desperdigar el polvo, pero ya es suficiente con el peso que me quitan de encima.
Imagino que sólo alguien que siente algo parecido sería capaz de entender semejante parrafada de inutilidades y despropositos, como solo un enamorado puede entender una inútil definición de amor, a la par que considerarla equivocada en algún punto.
Tal vez sea una simple frase lo que estoy buscando, o tal vez sea toda una historia, tal vez sea la mayor recopilación de palabras habida y por haber la que sacie mi sed de encontrarla, pero todas ellas son tan difíciles, tan imposibles, que los planos de escher me parecen lógicos al compararlos.
Espero encontrar un texto que me agrade, un texto que me represente o que hable por mí.
Un texto efímero para la eternidad, un arma para lograr la paz, un instrumento que dé la música que rompa la absoluta armonía de mis silencios.
Espero que ese momento tarde en llegar, sería una lástima dejar de buscarlo.

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