Sunday, November 21, 2010

(Sin asunto)

Y a nadie en particular, pero quiero pedir responsabilidades.

Escribiría "Querido destinatario" pero tengo cierta intuición de que por más que pretendieses hacérmelo creer, no serías querido, al menos no por mí. Y dado que tampoco puedo garantizar que, efectivamente, esto tenga un destinatario concreto, y mucho menos asegurar que alguien llegue a leerlo, comienzo a exponerte las razones que me llevan a escribir tan peculiar carta.
Lo primero, quisiera saber, si es posible, por supuesto, dónde han quedado todas esas promesas que todo el mundo hizo antes de llegar a la presidencia y que parecieron olvidadas, especialmente aquellas que pretendieron darnos a pensar que era posible un mundo mejor, que no solo se iba a mejorar nuestro país, si no que íbamos a dedicar también esfuerzos a que los demás países mejorasen. La primera duda que me asalta frente a este segundo respecto es la siguiente: ¿Acaso ser más parecidos a nosotros o ser nuestros amigos les hacen mejores?
Pretendía no verme obligado a hacerlo, pero me parece que la situación no podía ser más propicia a ello, así que pondré algunos ejemplos, principalmente para demostrar que mis palabras no son en balde. Dejando de lado la famosa guerra en busca de armas de destrucción masiva, que por supuesto al ser bombardeadas hay que dar por sentado que no iban a estallar, destruyendo a los habitantes de allí, pero claro, aún en este supuesto, siguen siendo muertes de segunda, cuando no de tercera, son menos valiosos que nuestros muertos. Otra guerra, o mejor dicho "incursión militar" (magnífico mundo el del eufemismo) a destacar, al menos en mi opinión es la de Palestina e Israel, a ver si resulta ahora que eran los israelitas (israelíes para los ortodoxos tiquismiquis) eran los que estaban allí antes, por esa regla de tres, los musulmanes tienen plenísimo derecho a volver a conquistar España, lo que para ellos fue Al-Ándalus, que también sale en sus escritos y además se parecía bastante más a lo éstos decían sobre tal tierra, porque uno tenía, cuando menos libertad de elegir religión (judía, católica o musulmana), no como en Israel, que apenas hay musulmanes por sus principales ciudades, a pesar de que toda la mano de obra barata que el país usa es palestina.
Claro que Israel es un país democrático que no maltrata a los homosexuales y evita la xenofobia... aunque la religión, ni se toca. Y mientras tanto viven en esa balsa de dinero estadounidense, que para eso son una democracia. A ver si un dia de estos EEUU se pone a financiar también la magnífica democracia marroquí, en la que el rey puede elegir a más de la mitad de la cámara de lo que serían nuestros diputados, y hace su santísima voluntad. Eso sí, es amigo de nuestro rey, asi que las relaciones bilaterales están garantizadas, tenemos petróleo y podemos vender armas y todo queda en casa.
Hablando de armas, EEUU, como autodenominado "mayor defensor de los derechos humanos" es de los que no han firmado el tratado para desmantelar las bombas racimo, qué casualidad que Israel tampoco se apuntase al desmantelamiento y que además tenga permiso para tener armas nucleares cuando su "vecino" Irán ha sido vetado y además estará obligado a pagar una multa por tenerlas.
Podría estar escribiendo horas, seguramente varias al día durante muchísimo tiempo sobre esto, pero prefiero reservarme a tantas otras oportunidades de desahogarme que me brindará el estado soberano.
P.D: Sigo esperando para ver algún resultado "positivo" del supuesto Nuevo Orden Mundial.
Cordialmente
Un servidor

Friday, November 19, 2010

Dejar de escribir fue la razón para volver a hacerlo


Y pese a que nunca lo he dejado, he vuelto, tratando de sacar de las cenizas de la angustia una pequeña brasa de imaginación y alegría que me permita volver a escribir, a deslizar un boligrafo sobre el papel, a hacer esos trazos tan desiguales, tan poco elegantes.
Pero siempre he pensado que las tapas del libro son lo de menos y apliqué eso a las letras. Jamás me interesé en mi propia caligrafía, pese a que siempre tuve una alta apreciación de todos aquellos trazos delicados y con ligeras florituras que poblaban los escritos de Neruda, de Alberti...
He tenido pesadillas tantas veces recientemente que necesitaba sacarlas afuera, volver a plasmar mis fantasmas y dejar constancia, por leve que sea, en algún sitio en el que sepa que alguien lo pueda leer.
Pero lo publico aquí precisamente porque sé que alguien lo puede leer, pero no sé si lo habrá leido alguien. La incertidumbre de la ignorancia sobre la lectura de mis pensamientos es lo único que posiblemente no me eche atrás al escribir.
Perdón por la espera, querido lector habitual. Si es que existes.