Wednesday, March 28, 2012

Imagina que...

Imagina que tengo claro que es lo que siento...
Imagina por un segundo que me atrevo a decirte que seré capaz de desaparecer de este mundo para internarme por las cuevas más oscuras, por los pasajes más remotos y por los callejones más intransitados del tuyo. Suspira pensando en las pisadas de mis pies rompiendo el silencio de tus pensamientos y de todas las imágenes que atraviesan tu mente cuando olvidas que estoy ahí, aunque no físicamente.
¿No notas que cada vez soy un poco más palpable?
Ojalá.
Hoy, justo hoy, siento que mañana, justo mañana, será un día en que volver a leer que hoy, es un día tuyo, porque eres lo único en lo que puedo pensar.
Vamos a hacer como que de verdad creemos en serio que algo o alguien ahí arriba decide por nosotros qué es lo que va a pasar y qué vamos a hacer. Y este sería el momento de pedir el libro de reclamaciones por no dejarnos un poquito más cerca, por no poder estar un centímetro más cerca de tu piel, por no poder besarte cada mínimo milímetro de piel que quede al descubierto cuando te desnudo, tan despacio como soy capaz, como me permite la ansiedad, los nervios y tu mirada.
Porque ambos sabemos que no vas a dejar de mirarme mientras mi aliento y mi pulso se aceleran cada vez más, como cada vez que estamos juntos y te ríes de la facilidad con que me manejas, con la sencillez que siento que eres capaz de manipularme.
Y al abrir los ojos, lo mejor, lo peor, lo único que veo, son tus labios, siempre con un beso dispuesto a ser entregado a alguien que lo merezca, mientras dudo de que yo sea esa persona, mientras busco en tus ojos el mismo sentimiento que creo sentir en los míos sin saber si es cierto. Mientras me veo reflejado tenuemente en lo más profundo de tus pupilas pienso en cada segundo que he sentido que el paraíso se acercaba entre tus labios, que siento lejanos como el sol y por seguir con la misma comparación, igual de cálidos, casi ardientes cuando están demasiado cerca.
Pero demasiado tentadores como para dejarte escapar.
No te debes de imaginar que estoy al borde del llanto al escribir esto pensando en que no sé qué pensar, que no sé qué pensarás cuando lo leas, que me siento tan confuso que ya me parece que la cerveza y el par de chupitos de ron no están distorsionando mi mundo, que de verdad es así...
Daría todo por tener algo en claro y que ese algo fueras tú.
Lo siento, de verdad.
Pero me parece que a veces eres demasiado increíble para ser real y no me termino de creer a mí mismo contigo, de lo que sea, aunque no sepa describirlo.

Dios, ahora mismo mi mente es un torbellino tristemente cargado de nada, de todo y de sentimientos que ni sé describir ni ordenar.

Hay que joderse.

Por favor, no otra vez otro texto que acabe así, que cada vez siento que estoy un poco más harto de la monotonía de mi pésima forma de escribir, de mi incapacidad de mantener la constancia, de no dejar de tener ideas que me parecen cojonudas pero no saber desarrollarlas...
Es posible que sea otra noche más sin tu aliento en el oído diciéndome que me quieres y que no pasa nada, que tú me ayudas y que no haya más noches sin él.
Total, que voy a decir un "buenas noches" por no imaginar que no será de las mejores.
Que por imaginar... imaginaré que sueño.
Por imaginar, que no quede.

Sunday, March 18, 2012

Un beso de buenas noches

Cada vez que se acerca, me palpita cualquier cosa menos el corazón. No tengo claro cómo pero me roba el aliento y los latidos hasta que está lo suficientemente cerca como para que yo los recupere todos juntos.
Su imperturbable sonrisa es capaz de darme la vuelta a las ideas, por increíble que me siga resultando.
A veces pienso que es un tesoro por descubrir que tengo la suerte de haber encontrado y que no quiero mirar demasiado por miedo a que se desgaste o deje de mirarme con los buenos ojos que me ve.
Tengo la sensación de que sabe qué pienso siempre, de que me maneja como si fuera una marioneta barata de la feria, de esas que después tiras preguntando por qué la guardaste tanto tiempo. Pero también puedo leer en su mirada cuando me examina como queriendo recordar cómo soy, aunque ya lo sepa.
Y si por algún casual pierde alguna mínima expresión de alegría, se las ingenia para aparecer como una persona feliz, aunque no tenga por qué serlo.
Es una mujer que siempre tiene un beso en los labios y un te quiero encadenado, un mordisco por ofrecer y uno por recibir, una sonrisa de regalo y una frase para arrancarte otra, un guiño cómplice y unos ojos atentos, muy poca ropa y demasiada para mi gusto...
Es según ella una del montón y según yo, de la parte de arriba del montón, en donde sólo algunas pueden pararse a ver todas las estrellas que nadie más ve. Pero ella eclipsa a todos los astros que pudieran verse en el cielo y no se da cuenta, mientras busca desesperada alguna marca de que no han desaparecido los mapas estelares ni los cuerpos celestes.
Y es una mujer que seguramente no sepa que digo esto por ella, pero se dará por aludida de todas maneras.
Como debería ser, por supuesto.

Repasando apuntes sobre ti, me he dado cuenta de una cosa...

Sigo buscando una cosa, quizá dos...

Un te quiero de tus labios

Y un beso de buenas noches que no quiera darte.

Coherencia.

Estoy sentado, o quizá no, buscando o tratando de perder alguna forma de acordarme de olvidarte, o recordar que estás tan cerca que eres intangible de lejanía.
Creo que quiero acercarme, pero juraría estar dejando libre tu espacio, tal vez será que estoy loco y demasiado cuerdo para admitirlo, pero juraría haberte visto sonriendo mientras llorabas y no haber podido contener la risa que me surgía entre la pena.
Ahora sí, no sé ser coherente.

Ven aquí y hazme inmortal

Mejor si es con un te quiero al oído
un poco de risas y una tarde con cupido
no, no, yo no lo he pedido, 
dije una sugerencia que a ti no se te ha ocurrido,
no es tanto lo que pido,
estar contigo,
un gemido,
una sonrisa, si
casi normal.
Tu ven aquí
y hazme inmortal.

Monday, March 12, 2012

Cóctel de felicidad

Es un cóctel con sabor a piano, un poco de aire de poema y toques de alegría.
Unas hojas de felicidad bien machacadas para que salga el aroma de buen rollo y con sólo un poquito de azúcar, para que no quede empalagoso.
Lo ideal es prepararlo en un ambiente festivo, a ser posible de cumpleaños.
Servir en ambiente cálido y en vasos de besos y abrazos.

Feliz cumpleaños de nuevo. ;)
Te quiero.