Thursday, February 17, 2011

[Sin título]

No sé porqué tengo la extraña necesidad de volver a escribir en el blog, que cada día parece que estuviera un poco más olvidado, un poco más cerca del pozo en el que caen todas esas cosas que olvido.
Ahora mismo siento que todo lo que necesito es un poco de tiempo para pensar, asumir otra vez que no seré capaz de saber todo lo que quiero saber y decidir de una vez por todas qué quiero hacer con ese tiempo que siempre estoy diciendo que es efímero y que desaprovecho.
Si me deshiciese de todas las cosas que no considero necesarias ahora mismo, todas las cosas que pueblan las paredes de mi habitación y mi mesa, sentiría que por fin estoy madurando, pero sentiría que también estoy muriendo por dentro, dejando a su suerte a tantos recuerdos como he acumulado en estos humildes trozos de yeso.
Es muy posible que sea cierto el hecho de que debería tirarlos. Es curioso, porque por dentro pienso así, pero una parálisis, que en el fondo a todos nos ocurre con algo, me impide arrancar esas fotos con tan poco brillo, las postales de hace tantos años, el primer relato que escribí, mi primer poema, la entrada de mi primer concierto, el billete del primer avión que cogí, la invitación a la primera presentación del primer libro de la mejor amiga de mi madre, el primer boli que gasté exclusivamente escribiendo canciones, mi primera libreta, mi camiseta de la ruta, mi primera baraja Bicycle, mi primer graffiti, mis primeros diseños de murales...
Es impresionante, porque hay tanta gente que podría pensar que la he olvidado sin ser cierto... tengo todavía la lista de promesas que me hice con una de las mujeres mas increíbles que he conocido, la pulsera pequeñísima que me tenía que poner en el dedo en lugar de en la muñeca que me regaló una chica de la que ya no sé nada más que el nombre y la fecha de nacimiento...
Tengo también esa dedicatoria de Raquel en mi agenda de la primera vez que la fui a ver a Barcelona, el dibujo que me envió la Tata en la primera carta que me escribió, la postal que me envió Maira, una foto que me hice en Málaga con Lucía cuando teníamos como mucho 12 años, la identificación de Rudy, la gorra que me decoró Sophie...
En conclusión, que no he olvidado a nadie, que me niego a madurar si eso significa olvidar todos esos magníficos momentos y que quiero escribir, pero no sé el qué, ni cómo...
Lo siento.

1 comment:

  1. Me encanta. No solo lo maravilloso que escribes, sino que me encantas tu también, tal como eres, maduro para algunos, inmaduro para otros. Perfecto a mi perspectiva...

    ReplyDelete