Monday, August 20, 2012

Ella y las palabras

No eran especialmente amigas, al menos en cuanto había que dirigirlas, pero no importaba, porque las palabras lo bueno que tiene es que viajan solas. Y las dejaba, flotando en el ambiente, entre el humo del tabaco recuperado y usado demasiadas veces.
Y en algún sitio de la bruma que soltaba ella, se abría el telón de su boca que sugería un beso, mientras proponía una barrera.
Y así fue que él, que sólo sabía recopilar frases, crear metáforas y escribir imposibles, creyó que la realidad sólo era imaginarlos verdaderos, ahogándose en el humo mientras trataba de llegar a un destino que no tenía claro si estar o irse.

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